El gran cambio en el diseño y el enfoque de las nuevas normas ISO de Sistemas de Gestión, suponen un gran reto para los auditores. Presentan nuevos desafíos para sus competencias y al mismo tiempo ofrecen una gran oportunidad para realizar auditorías que agreguen valor.
Los cambios de las nuevas normas incorporan los aportes de los fabricantes y proveedores de servicios, cambian el enfoque a los clientes y ayudan a las organizaciones a utilizar el enfoque de procesos para lograr resultados. Cuando estos avances se combinan con las prácticas de riesgo, generan resultados consistentes con una mayor confianza en la satisfacción del cliente.
Los requisitos de las nuevas normas son menos preceptivos y requieren que el usuario se involucre en el enfoque del proceso para implementar el estándar.
Pasar de un enfoque prescriptivo a un enfoque por procesos requiere una nueva forma de pensar sobre cómo auditar. El mero uso de listas de verificación alineadas con un conjunto de cláusulas estándar ya no funcionará, ya que la auditoría avanza hacia técnicas de entrevista en lugar de la revisión de registros, datos de medidas correctivas y políticas. Los redactores de las nuevas normas prevén que las auditorías se llevarán a cabo a través de una serie de discusiones y análisis en profundidad del riesgo para determinar si los clientes recibirán sus productos o servicios esperados.
Para un auditor, los tipos de habilidades requeridas ahora se mueven hacia técnicas de entrevista, similares a las de los investigadores. Se trata más bien de profundizar en el razonamiento para la aplicación de un proceso, en lugar de en la demostración del proceso.
El auditor debe considerar revisar sus competencias. Si comparamos las experiencias y capacitación actuales del auditor, con los requisitos de las nuevas normas observamos una gran brecha. Lo que ahora requieren es centrarse en la recopilación de experiencias o la capacitación en negociación, entrevistas, comunicación interpersonal, presentación o atributos influyentes. Los auditores necesitan revisar sus competencias en todos estos aspectos.
Por otra parte, las nuevas normas exigen competencias en enfoques y pensamiento basados en el riesgo. Esto significa que el auditor necesita identificar conceptos, herramientas o métodos para el manejo del riesgo.
La realidad es que la mayoría de los profesionales de auditoría no han recibido capacitación formal en gestión de riesgos o desarrollo profesional en gestión de riesgos como parte de sus competencias. No existe evidencia de que la población de auditoría pueda manejar este nuevo requisito de manera confiable.
Pero hay buenas noticias. La IAAR (Independent Association of Accredited Registrars) está creando mecanismos de capacitación y evaluación de actualización única sobre el conocimiento del nuevo estándar. La capacitación se enfoca en los cambios significativos de la norma y destaca los ejemplos clave o enfoques sobre cuestiones tales como el enfoque de procesos, el pensamiento basado en riesgos, el enfoque en el cliente, las partes interesadas, los resultados y la integración de los diferentes capítulos. El hecho de que haya una sóla fuente disponible para auditores, gerentes, contratistas, capacitadores, personal y cualquier persona que trabaje con ISO 9001 es importante y agrega un valor significativo a la profesión. Debo señalar que la capacitación y la evaluación de la IAAR sólo se basa en el conocimiento del estándar, no en cómo auditarlo. Aborda la competencia del auditor (conocimiento del proceso) frente a la competencia de auditoría (la auditoría del conocimiento o el proceso de auditoría). Por lo tanto, se requiere capacitación interna adicional con los registradores sobre cómo auditar.
Estos nuevos estándares son tan buenos para la industria porque nos permiten alejarnos de las listas de verificación. La percepción de auditoría “Tick’n’Flick” debe ser cosa del pasado. Los clientes deberían esperar una experiencia más significativa en el lugar donde los auditores puedan ayudar a identificar mejoras en el proceso y agudizar el enfoque del auditado en las necesidades impulsadas por el cliente.
Estos estándares revisados también proporcionan numerosas oportunidades para que los auditores mejoren sus habilidades de comunicación y negociación y desarrollen una amplia gama de técnicas de investigación utilizadas en otras profesiones. Esta será una innovación para nuestra profesión.