El enfoque principal de ISO 9001:2015 es el cambio. La Gestión del Cambio a ISO 9001:2015, implica modificar procesos, mano de obra, tecnología, proveedores, maquinaria, e incluso requisitos del cliente y requisitos legales.
Se trata de todo un proceso, que requiere seguir algunos pasos. Sobre estos pasos, necesarios para emprender la Gestión del Cambio a ISO 9001:2015 tratará nuestra entrada de hoy.
Gestión del Cambio a ISO 9001:2015 – ¿Cuáles cambios se requieren?
ISO 9001:2015 ofrece muchos beneficios, entre ellos, la gestión eficaz de riesgos y oportunidades. Sin embargo, para lograrlo es preciso emprender algunos cambios. Estos, pueden relacionarse con cualquier elemento de cualquier proceso: controles, productos, materias primas, recursos humanos…
Sin embargo, para emprender estos cambios es preciso tener en cuenta los siguientes factores:
- ¿Cuál es el cambio específico a emprender?
- ¿Quién tiene la iniciativa en el cambio?
- ¿Cuáles son las razones para realizar el cambio?
- ¿Quién debe revisar los cambios?
- ¿Qué efectos puede tener el cambio?
- El cambio, ¿puede mejorar el rendimiento del sistema?
- ¿Cuáles son los recursos necesarios para emprender el cambio?
- ¿Qué habilidades requiere la persona que tiene la responsabilidad de liderar el cambio?
- ¿Quién debe aprobar finalmente el cambio?
- Los cambios, ¿implican un cambio de documentos?
Los cambios, aunque se suponen buenos para la organización, pueden generar nuevos riesgos, aunque también nuevas oportunidades. Es necesario que la organización haga un examen detallado sobre este punto, antes de implementar el cambio a ISO 9001:2015 y los pasos a seguir.
Metodología para actualizar el #SistemaGestiónCalidad a la nueva #ISO90012015 #SGC Share on XGestión del Cambio a ISO 9001:2015 – ¿Cómo identificar los cambios necesarios?
ISO 9001:2015 requiere que la organización efectúe cambios. Sin embargo, no es la única razón para hacerlos. Son muchos los eventos que nos pueden indicar que un cambio es necesario. Veamos los más relevantes:
- Los comentarios de los clientes (peticiones, quejas o reclamos).
- Las fallas evidentes en la calidad de un producto.
- Opiniones de los empleados.
- Necesidad de innovación.
- Riesgo inminente.
- El descubrimiento de una oportunidad.
- Los resultados de una auditoría o una inspección.
- No conformidad identificada.
No todas las organizaciones deben seguir el mismo esquema para identificar los cambios. Sin embargo, todas deben hacerlo, y priorizar aquellos que tengan relación directa con un riesgo de alto impacto.
La implementación de los cambios, requiere seguir algunos pasos que podemos considerar comunes a todas las organizaciones. Veamos cuales son:
Gestión del cambio a ISO 9001:2015 – Pasos a seguir
1- Establecer los detalles de lo que vamos a cambiar.
2- Diseñar un plan de trabajo, que incluya cronograma, tareas a realizar, asignación de responsabilidades, niveles de autoridad, presupuesto, asignación de recursos, información necesaria y tiempos de cumplimiento.
3- Establecer un canal de comunicación eficiente que permita que las personas interesadas en el proceso que se está cambiando, estén muy bien informadas al respecto.
4- Es conveniente utilizar dos equipos de trabajo. Además del equipo del área en el se realiza el cambio, un equipo que actúe en forma transversal, de tal forma que pueda ofrecer retroalimentación en lo relativo al funcionamiento óptimo del sistema.
5- Implementar jornadas de entrenamiento y capacitación, sobre todo para los empleados que han recibido la responsabilidad de liderar el cambio.
6- Establecer controles de verificación y monitoreo sobre los cambios, para medir su eficacia.
El cambio es la esencia de ISO 9001:2015. Aunque esta es una buena guía para iniciar la labor, conviene a la organización considerar que, en algunos puntos, puede encontrar consecuencias no deseadas. De ahí la importancia, de mantener controles estrictos y oportunos.
Es probable que algunos cambios requieran registro y documentación especial. Para saber cuáles de ellos lo necesitan, lo mejor, es referirse directamente a la norma, que debe ser la brújula principal de cualquier modificación en el Sistema de Gestión de la Calidad.
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