El liderazgo positivo es un factor que está siempre presente en los equipos de trabajo motivados, productivos y exitosos. Los beneficios no son solo personales y profesionales, las ventajas son también notorias para la organización: crecimiento, rentabilidad, ambiente de trabajo motivador, etc.
El liderazgo positivo, no obstante, no surge por generación espontánea. Detrás hay un gran esfuerzo para conocer, aprovechar y potenciar las fortalezas de los equipos. A continuación explicaremos cómo hacerlo, pero antes, una breve reseña de las razones para ponerlo en práctica.
¿Cuáles son las ventajas del liderazgo positivo?
1. Beneficios para la organización
Los equipos conducidos por un líder positivo son productivos y proactivos. La productividad aumenta y las ganancias, también. El resultado natural es crecimiento para la organización con menor inversión financiera y esfuerzos.
El trabajo de áreas como Recursos Humanos se reduce en organizaciones en las que los equipos son dirigidos por líderes positivos. La creatividad surge y los proyectos innovadores se materializan. Las organizaciones no solo obtienen crecimiento, disminuyen costes y logran destacar en su sector.
2. Beneficios para los empleados
Los empleados obtienen beneficios personales del liderazgo positivo. Su salud mental es la primera en percibirlos, puesto que se rebajan los niveles de estrés. Un hecho que repercute positivamente en la salud física, ya que el estrés es un factor de riesgo para problemas cardiovasculares y accidentes de trabajo.
Además, los efectos del liderazgo positivo son contagiosos. Un equipo con estas características, encargado de dirigir la estrategia comercial de la organización, transmite este estilo de trabajo a otras áreas o a otros grupos sociales fuera de ella: amigos, familiares, clubes o asociaciones.
¿Cuáles son los pilares del liderazgo positivo?
Algunos especialistas establecidos algunos pilares básicos dentro del liderazgo positivo. Entre ellos destacan los siguientes:
1. Psicología
El líder positivo utiliza la psicología para ofrecer seguridad a su equipo. Identifica las habilidades y cualidades de cada miembro del equipo, pero también sus vulnerabilidades. Así, asigna tareas de acuerdo con el perfil de cada uno. Las personas harán un buen trabajo y, por supuesto, ganarán confianza y autoestima. En otras palabras: obtienen seguridad psicológica.
Además, un líder positivo propicia que los empleados propongan ideas sin ninguna restricción. Si una idea no resulta viable por algún motivo, el trabajo del líder positivo es incitar a mejorarla. “Vale la pena que sigas trabajando en ella, porque es una buena idea” sería una frase que da un tratamiento psicológico positivo a una situación que, de otro modo, podría ser frustrante.
2. Confianza
El director de un equipo que realiza una reunión una vez a la semana, imparte instrucciones, asigna trabajos y evalúa el resultado de otros para encerrarse en su torre el resto de la semana no es un líder positivo.
El líder positivo mantiene la puerta abierta para su equipo, siempre y en todo momento. Es una puerta que, en ocasiones, ni siquiera es necesario atravesar. Saber que al otro lado hay una persona lista para ayudar cuando se necesite es suficiente y ayuda a crear una relación sólida.
3. Comunicación bidireccional
Mantener una comunicación abierta y eficaz con el equipo es otra de las claves del liderazgo positivo. La retroalimentación se convierte en una competencia básica para encaminar el trabajo cuando existe el riesgo de salir de la ruta trazada. El análisis objetivo y el diálogo permiten la mejora continua.
4. Propósito
El trabajo inútil vs. el trabajo útil. Es una disyuntiva que se plantea desde que aparece el concepto de empleo. ¿Qué hace que un trabajo sea útil? El propósito. El empleado debe saber que lo que hace es importante. Eso les hace sentirse parte de algo en lo que su talento y sus habilidades son fundamentales
Muchos empleados reciben asignaciones que forman parte de un contexto mucho más amplio. Son apenas una parte en un proceso de grandes proporciones. El gran error está en no entregarles elementos de comprensión que les permitan saber cuál será el propósito final, a qué contribuyen, cuál es su aporte al objetivo final.
Estrategias para implementar el liderazgo positivo
Esos pilares del liderazgo positivo no trabajan solos, son herramientas que el líder tiene que saber cómo utilizar. Algunas estrategias efectivas para ello son las siguientes:
- Dar autonomía: los empleados a los que se les entrega autonomía sienten que confían en ellos. Hacen un mejor uso de su tiempo porque no lo pierden esperando instrucciones, sino que son proactivos.
- Entregar beneficios: recompensas, horarios de trabajo flexibles o espacios cómodos para trabajar motivan a las personas. Si se hace dentro de un equipo dirigido por un líder positivo, los beneficios se multiplican.
- Guiar y orientar: dar órdenes, asignar trabajo y calificar es relativamente fácil. Guiar y orientar a los empleados para que descubran cuál es el siguiente paso y el camino que debe seguir el proyecto es lo que hace un líder positivo.
- Establecer una hoja de ruta: es importante que los empleados sepan hacia dónde se dirigen, cuáles son los hitos en el camino y el punto de llegada.
- Definir objetivos inteligentes: los objetivos inteligentes o SMART son los que se pueden medir, tienen un tiempo razonable para su alcance, son realizables y específicos.
- Actividad social: esas actividades que a veces son la expresión más visible del liderazgo positivo son importantes, sobre todo si tienen un motivo: recompensas por un logro, celebración de fechas especiales o un nuevo proyecto.
Capacidades de un líder positivo
Las estrategias mencionadas permiten avanzar en la creación de equipos productivos, proactivos y de rendimiento extraordinario. Pero un líder positivo necesita también lo siguiente:
1. Equilibrio y racionalidad
El equipo siempre feliz es un mito. Se presentarán eventos que generarán tensión y es entonces cuando el líder positivo necesita equilibrio y racionalidad. Esto le permitirá tomar las mejores decisiones sin perder el control y sin dañar la autoestima de su equipo, pero conservando la autoridad y el liderazgo que lo mantienen en esa posición.
2. Apoyo y orientación
Los comentarios positivos son parte del apoyo que necesita el equipo. También la crítica constructiva, las sugerencias de mejora o la insinuación de que algo no va por buen camino y que es posible mejorar el rendimiento.
Saber ofrecer el apoyo y la orientación acertados en el momento indicado, fomenta la seguridad psicológica y entrega elementos valiosos para que el empleado mejore. Además, permite visualizar el objetivo final que persigue el proyecto y que esperan tanto el equipo como la organización.
3. Transparencia
La transparencia genera confianza. Lo contrario, los comportamientos oscuros crean un ambiente de trabajo nocivo y poco productivo. Para el líder positivo, la transparencia le lleva a ganar respeto entre sus empleados.
La transparencia pasa por comunicar decisiones de forma acertada. Esto implica utilizar el canal y el lenguaje apropiados, así como garantizar la difusión necesaria, que no siempre tiene que ser ilimitada.
4. Accesibilidad
La interacción con los empleados es fundamentan en un modelo de liderazgo positivo. Pero esta interacción tiene que ser de doble vía. Algunas formas de recibir ese feedback de los empleados son reuniones breves programadas o extraordinarias, buzones de sugerencias, y, por supuesto, mantener la puerta de la oficina siempre abierta.
5. Formación y aprendizaje
Los empleados, especialmente los que tienen potencial para asumir el liderazgo positivo, necesitan emprender procesos de formación para mejorar sus habilidades laborales y su capacitación. Construir relaciones que ayuden a generar resultados es apenas un capítulo en un amplio temario que debe conocer un líder positivo.
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