Liderazgo

En ocasiones las organizaciones se quedan estancadas mientras que otras la sobrepasan, porque aporten nuevos productos, más novedosos o con mejores prestaciones.

Cuando a una empresa se la categoriza como una organización innovadora no solo se debe a porque sea la primera en tener nuevas ideas, sino porque es una entidad que ha sabido dar un salto adelante cuando se ha visto rezagada.

Hoy día existen numerosas compañías, competidoras unas de otras, y si no realizan acciones que las hagan sobresalir del resto formarán parte del montón de empresas que componen el mercado. Por eso proponemos seguir esta lección de Liderazgo: Cuando te quedes atrás, da un salto adelante.

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Steve Jobs, cuando diseñó el primer iMac, se centró en que fuera un dispositivo útil para el usuario en el manejo de sus fotografías y vídeos, pero se quedó un paso atrás en la gestión de la música.

Más tarde observó que los usuarios de PC se entretenían en descargar y compartir música para, posteriormente, grabar sus propios discos CD con sus propias listas de música. Se dio cuenta que la unidad de disco del iMac no podía grabar. Jobs se lamentaba y reconoció textualmente que “Me sentí como un estúpido. Pensaba que habíamos perdido una oportunidad”.

En ese punto podía haber tomado 3 caminos: rendirse, práctica para nada ligada a Steve Jobs, alcanzar a los demás, diseñando una unidad de discos para el iMac que permitiera grabar CD, o dar un salto adelante.

A estas alturas no nos sorprende que la opción que eligió sea la tercera. Él no quería limitarse a alcanzar al resto de compañías actualizando la unidad de disco del iMac sin más, decidió crear un sistema integrado que fuera una revolución en la industria musical y la transformase.

¿Saben cuál fue el resultado?

El resultado fue la combinación de iTunes, la tienda de iTunes y el iPod. Estos productos y servicios permitían a los usuarios comprar, compartir, gestionar, almacenar y escuchar toda su música mucho mejor de lo que podrían haberlo hecho con otros dispositivos.

Con esto no pensó ni un momento en bajar la guardia, todo lo contrario, nada de deleites. Steve Jobs empezó a preocuparse por las posibles amenazas que supusieran un peligro para él y para su idea.

Una de las amenazas, que sobrevolaba en la cabeza de este magnate de los negocios del sector informático, era que los fabricantes de teléfonos móviles incluyeran reproductores de música en sus dispositivos.

Ante esto Jobs solo podía dejar que esto ocurriera o anticiparse y devorarse a sí mismo. Así nació el iPhone. Jobs se decidió por sacrificar las ventas del iPod mediante la creación del iPhone para así cerrar un ciclo en el que nadie pudiera sacar más beneficio que la compañía innovadora Apple. Jobs afirmó textualmente “Si no nos devoramos a nosotros mismos, lo hará otro”.

[Tweet “No te permitas que otro te devore, hazlo tú mismo”]

La innovación es un conocimiento, algo que ha aprendido nuestra empresa o nosotros mismos y que el resto aún no saben o, al menos, no de la mismo forma.

Toda innovación es un proceso de aprendizaje en el que obligatoriamente incrementamos nuestro conocimiento sobre alguna materia o disciplina específica. La gestión del conocimiento se ocupa de lo que ya sabemos, de lo que ya tenemos aprendido, mientras que la innovación se ocupa de lo que todavía no sabemos y está aún por descubrirse.

No obstante, la innovación solo tiene lugar cuando gestionamos el conocimiento que ya tenemos y aprendemos cosas nuevas. Para innovar debemos ser conscientes de lo que ya sabemos.

Las organizaciones de hoy día viven inmersas en la preocupación de hacerse cargo de los retos actuales y, simultáneamente, anticiparse a los desafíos futuros. Podemos pensar que se trata de una contradicción entre gestión del conocimiento e innovación.

La innovación es una carrera de fondo, incubar nuevas ideas requiere de tiempo, elemento muy valioso y que nadie quiere malgastar, por eso si no ofrece resultados no significa nada.

Se trata de una apuesta a medio o largo plazo que implica un nivel elevado de riesgo, una gran inversión y una amenaza de cambios radicales.

Algunos autores citan 10 tips o claves que pueden ayudarnos a innovar, los mostramos a continuación:

  1. Tomar decisiones apoyándose en las decisiones de todos. Es decir, la consulta a los empleados puede ser una acción muy valiosa pero sin imponer criterios, escuchándolos.
  2. Formar un organismo de decisiones sobre innovación con miembros muy motivados. Es necesario invitar a distintos profesionales de diferentes áreas a participar en el tema.
  3. Formar un equipo de expertos creativos y que sean capaces de formar al resto. Se necesita que todos los empleados tomen técnicas de creatividad.
  4. Intentar que la creatividad aparezca de la motivación de las personas. La creatividad nace de la motivación intrínseca.
  5. Organizar la organización según equipos creativos que desempeñen funciones clave.
  6. Solicitar a cada equipo resultados concretos sobre innovaciones que sean de la competencia de la empresa.
  7. Dar total libertad a los equipos sobre metodologías y procedimientos de trabajo, los equipos deben sentirse libres de elegir donde trabajar.
  8. Si creemos que algo puede funcionar debemos dar el paso de financiarlo, es necesario asumir el riesgo.
  9. Convertir nuestro Comité de Dirección en un equipo creativo del más alto rendimiento. La alta dirección debe ser la más implicada en la innovación.
  10. Evaluar y retroalimentar. Tenemos que lograr que las tareas de innovación se conviertan en parte de las funciones de los empleados.

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Quizás a Steve Jobs no le hizo falta seguir estos tips para lograr que Apple fuera una compañía innovadora, pero puede que a usted le sirva de ayuda. Jobs, mediante el autor de su biografía Walter Isaacson, nos deja una interesante lección de liderazgo, ahora nos toca a nosotros llevarla a la práctica.