Gestionar el riesgo climático es una tarea que se suma, en un lugar prioritario, a la lista de actividades que abordan los especialistas en gestión ambiental en cualquier tipo de organización. Las empresas necesitan evaluar la exposición al riesgo climático y tomar decisiones que van desde la eliminación hasta la adaptación.


Diplomado en Gestión Ambiental ISO 14001

Responder al riesgo climático requiere desarrollar estrategias que se desarrollarán dentro de un panorama dominado por la incertidumbre. Es un desafío, pero es preciso afrontarlo. Las organizaciones que no destinen recursos a la gestión del cambio climático tendrán pocas oportunidades para asegurar su sostenibilidad en el tiempo.

Cómo gestionar el riesgo climático

Como en otras áreas de gestión de riesgos, la que atañe al riesgo climático necesita abordar los pasos rutinarios: identificación, evaluación, priorización, eliminación, mitigación, adaptación o aceptación.

El riesgo climático, por su origen y sus características, no suele aceptar estrategias de eliminación. Es por ello que, dentro de las estrategias que se plantean, se incluye la adaptación como una alternativa que no se evalúa en la gestión de otro tipo de amenazas.

La gestión del riesgo climático requiere que las organizaciones integren las consideraciones sobre el clima y el calentamiento global dentro de sus planes estratégicos. Pero las consideraciones sobre el clima necesitan ir un poco más allá: es necesario identificar y evaluar los riesgos en la cadena de suministro, en la percepción de los consumidores y en la calificación de los inversionistas.

Cuáles son los diferentes tipos de riesgo climático

El cambio climático o el calentamiento global son conceptos de fácil comprensión para la gran mayoría de los habitantes del planeta. En las organizaciones, no obstante, es preciso diferenciar entre uno u otro riesgo climático:

1. Riesgo físico

Se refiere al impacto negativo de fenómenos naturales que se ven exacerbados en su frecuencia y en su impacto por causa del calentamiento global: huracanes, tornados, inundaciones, incendios forestales, heladas u olas de calor.

2. Riesgo de transición

Para muchas organizaciones la estrategia más eficaz para enfrentar el cambio climático será sustituir fuentes de energía y de combustibles. Esto implica procesos de transición que representan riesgos, en especial cuando la única opción es renovar en su totalidad el aparato productivo.

3. Riesgos en la cadena de suministro

Uno de los desafíos más importante que enfrentan los expertos en gestión de riesgos al evaluar las amenazas de orden climático es la exposición que tiene la organización por causa de los riesgos a los que están expuestos sus eslabones remotos de la cadena de valor. Una inundación en Bangladesh podría detener la operación de una empresa en Birmingham, Inglaterra.

4. Riesgo financiero

La gestión del riesgo financiero implica tomar decisiones que generan nuevos riesgos de orden financiero, como la necesidad de renovar el aparato productivo. También hay un riesgo financiero emergente en el resultado de los informes de sostenibilidad, que pueden indicar que el coste de la gestión ambiental es tan alto que amenaza la estabilidad financiera, con la consecuente pérdida de confianza de los inversionistas.

Qué papel desempeña la adaptación en la gestión del riesgo climático

La gestión del riesgo climático, al igual que la que se desarrolla en otras áreas, se inicia con la identificación de los riesgos y las oportunidades que se asocian al cambio climático. En esta etapa es bueno contar con la participación de expertos internos o consultores externos.

Al avanzar la tarea será posible percibir que las opciones de eliminación son escasas o nulas. La mitigación del impacto, que no de la probabilidad, será la constante para la mayoría de los riesgos. Otros, no obstante, requerirán trabajar con ahínco en la adaptación.

Después de la mitigación, o a la par, la adaptación será la mejor alternativa para desarrollar resiliencia ante el riesgo climático. No se limita a tomar medidas para soportar el impacto negativo. Se trata, además, de reducir el impacto y anticiparse a la creación de entornos de trabajo eficientes y productivos bajo nuevas condiciones ambientales.

Adaptarse no es lo mismo que tolerar. La adaptación implica considerar un nuevo entorno como una nueva realidad y, en consecuencia, asumir nuevos hábitos de vida y nuevas formas de producción.

¿Las normas ISO pueden contribuir a enfrentar el riesgo climático?

La Organización Internacional de Estandarización ha desarrollado, bajo el rango de nomenclatura 14000, una serie de Normas ISO que ayudan a las organizaciones a tratar con éxito el riesgo climático. En estos estándares se concentran las mejores prácticas para evaluar, mitigar o adaptarse al cambio climático. Las más relevantes, a continuación:

1. ISO 14090:2019

La norma incluye directrices para la gestión de la adaptación al cambio climático, evaluación de riesgos y vulnerabilidades, así como desarrollo de estrategias de adaptación y actividades de monitoreo y seguimiento de la efectividad de esas estrategias.

2. ISO 14091:2021

Este estándar se enfoca en la evaluación de vulnerabilidades de los activos de la organización, sus sistemas de comunicaciones y la comunidad en la que opera. La norma entrega un enfoque sistemático para tomar las mejores decisiones y asignar recursos de forma responsable y efectiva.

3. ISO 14080:2018

La norma se enfoca en uno de los aspectos ambientales que más preocupan, especialmente a las organizaciones que fabrican, producen o transforman bienes: las emisiones de gases de efecto invernadero y las actividades que las generan. La norma proporciona orientaciones para medir, verificar, evaluar riesgos y tomar medidas apropiadas para mejorar los indicadores de emisiones.

4. ISO 31000:2018

El estándar más reconocido por su efectividad para los sistemas de gestión de riesgos, aunque no pertenece a la serie 14000, se ubica como uno de los más relevantes para la gestión del riesgo climático. El estándar, no certificable, entrega una guía sistemática para mejorar la capacidad de la organización para identificar, evaluar y gestionar todos los riesgos, incluidos los ambientales.

5. ISO 14001:2015

El estándar para sistemas de gestión ambiental se incluye en el quinto lugar de esta lista, aunque tendría que ocupar el primero. Se trata de una norma que ha demostrado su efectividad en miles de organizaciones alrededor del mundo y cuya certificación no admite discusión en ningún espacio comercial o geográfico.

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Cómo implementar las normas ISO para gestionar el riesgo climático

En cuanto a las formalidades y generalidades, las organizaciones siguen el procedimiento estandarizado para la implementación de normas ISO, que se inicia con un análisis de brechas y concluye con la certificación, en los casos en los que esto es posible.

La parte medular, que hace diferentes a los estándares ISO que resultan útiles para la gestión del riesgo climático, requiere los siguientes pasos:

  • Identificar los riesgos climáticos tratando de no dejar ninguno posible, por improbable o de bajo impacto que parezca. Considerar, incluso, los riesgos climáticos que no tengan un impacto directo, pero sí consecuencias financieras para la organización.
  • Categorizar y priorizar los riesgos, con base en la probabilidad de ocurrencia y la gravedad del impacto negativo.
  • Diseñar estrategias de mitigación y, de ser posible, eliminación. Los riesgos climáticos, por su condición, admiten pocas estrategias de eliminación. En cuanto a la mitigación, es necesario confrontar el coste de la estrategia con respecto al coste de la ocurrencia del evento negativo.
  • Desarrollar estrategias de adaptación para los riesgos que no admiten ningún tipo de tratamiento.
  • Integrar los aspectos relacionados con el cambio climático en todos los planes, en las estrategias de la empresa y, en general, en todas las decisiones que se tomen.
  • Revisar, inspeccionar y monitorear la efectividad de las estrategias implementadas, actualizándolas cuando sea necesario o cuando los indicadores demuestren que no están cumpliendo con los objetivos.
  • Producir los informes de gestión, que pueden ser los mismos de auditoría, o los informes de sostenibilidad voluntarios u obligatorios, de acuerdo con la normativa que aplique para la organización.
  • Implementar acciones para asegurar la mejora continua y reiniciar el ciclo, de acuerdo con un modelo de gestión basado en el modelo PDCA que, de paso, asegura la conformidad con los requisitos sobre mejora continua de todos los estándares ISO.

Qué estrategias se pueden implementar para gestionar el riesgo climático con efectividad

Estandarizar la gestión con base en normas ISO es ya un gran avance en el propósito de gestionar el riesgo climático. Como estrategias complementarias eficientes, se puede pensar en:

1. Invertir en estructuras adaptadas a las nuevas condiciones climáticas

Las organizaciones necesitan construir estructuras adaptadas a las nuevas condiciones extremas de temperatura, altas o bajas, o para resistir el embate de fenómenos naturales como tornados, huracanes, inundaciones o incendios. Estos edificios incorporan sistemas de generación autónoma de energía, reduciendo la dependencia externa en caso de emergencias o de situaciones adversas durante periodos de tiempo largos.

2. Buscar alternativas en la cadena de suministro

El objetivo esencial, en la diversificación de la cadena de suministro no es el número de alternativas. Es la diversidad de ubicaciones geográficas y la capacidad que tengan algunos de esos nuevos eslabones para gestionar sus riesgos climáticos, aunque también es necesario considerar el número y la calidad de las opciones de transporte de las que dispongan los proveedores.

3. Incorporar la gestión del riesgo climático en la toma de decisiones

Especialmente en las relacionadas con inversión. Canalizar dinero hacia proyectos en los que se gestionan los riesgos ambientales y climáticos aumenta de forma exponencial la posibilidad de obtener rentabilidad, protegiendo así el patrimonio de la empresa y el dinero de los accionistas.

4. Integrar la sostenibilidad como estrategia en todos los niveles

Integrar la sostenibilidad como estrategia es una forma de tratar los riesgos climáticos, pero también de mejorar indicadores que pueden ser requisitos regulatorios, como la disminución de la huella ambiental o la mejora de la eficiencia energética.

5. Compartir los riesgos o transferirlos

La adecuada gestión de los riesgos climáticos indicará que el trabajo para mitigar algunos de ellos, o incluso el de adaptación, pueden resultar muy costosos, afectando los indicadores financieros, con las consecuencias que ello implica. Este tipo de riesgos pueden ser compartidos o transferidos. Compartirlos requiere tomar una póliza de seguros. Transferirlos, entregar el proceso que implica el riesgo a un tercero.

Diplomado en Gestión Ambiental ISO 14001

El Diplomado en Gestión Ambiental ISO 14001 responde a la creciente preocupación que manifiestan las empresas por el medio ambiente y a un marco regulatorio cada vez más estricto. Todo ello implica la necesidad de incorporar en las organizaciones especialistas en identificar y abordar riesgos ambientales.

Este programa busca formar a profesionales expertos en gestión ambiental, cualificados para contribuir en la planificación, implementación, seguimiento y mejora continua de un SGA, ya que el diplomado entrega también certificación como auditor interno de gestión ambiental ISO 14001. Si quieres dar un paso más en tu carrera profesional, contacta con nuestros asesores.
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