Planificación ISO 9001:2015 de Calidad
La planificación ISO 9001:2015 de Calidad adquiere una importancia clave, ya que está relacionada con aspectos claves para asegurar el éxito en la implementación de un Sistema de Gestión de la Calidad basado en la norma ISO 9001.
Planificación de los objetivos de calidad
En primer lugar, se deben establecer unos objetivos a alcanzar en materia de calidad y planificar cómo se van a alcanzar. Los objetivos deben ser coherentes con la Política de Calidad, medibles, contemplar los requisitos que se deben aplicar, perseguir la conformidad de productos y servicios y aumentar la satisfacción de los clientes. Así como comunicarse a los miembros de la organización y estar actualizados y debidamente documentados. Te puede ser de utilidad, nuestro artículo donde explicamos Cómo escribir unos buenos objetivos de calidad.
La planificación ISO 9001:2015 de Calidad debe llevarse a cabo para todos los niveles, funciones y procesos. Se debe definir qué actividades se van a realizar, los recursos que se asignan para realizarlas, los responsables de llevarlas a cabo, el tiempo en que deben llevarse a cabo y la forma en que se va a evaluar el logro de resultados.
Planificación de riesgos y oportunidades
Al hacer la planificación del Sistema de Gestión de la Calidad, la organización debe considerar los riesgos y oportunidades que afectan a la actividad que hace. De esta forma, se asegura que se pueden alcanzar los objetivos marcados, reducir o mitigar los efectos no deseados (riesgos), aprovechar e incrementar aquellos efectos sí deseados (oportunidades) y posibilitar la mejora continua del Sistema de Gestión de la Calidad.
Para ello, se deben planificar las acciones a hacer para prevenir y detectar riesgos y oportunidades y establecer cómo tratar esos riesgos y oportunidades y la forma de medir la efectividad de las acciones llevadas a cabo.
Planificación de los cambios
En la norma ISO 9001:2015, se especifica que la gestión de cambios debe ejecutarse de forma organizada y planificada. Esto conlleva la consideración de los efectos que van a tener los cambios y la planificación de los recursos y personas implicadas.
Para ello, la organización debe seguir una metodología para implementar los cambios, así como para controlar si se están consiguiendo los resultados esperados.