Liderazgo
El concepto de la voluntad independiente
La voluntad independiente, cuarto privilegio humano, es el que verdaderamente hace realidad la autoadministración efectiva de un líder. Esta capacidad sirve para tomar decisiones y actuar en consecuencia.
El grado en que una persona desarrolla su voluntad independiente depende de su integridad personal. La integridad es el valor que nos asignamos a nosotros mismos, es nuestra capacidad de compromiso respecto a hacer lo que decimos, es respetarse a uno mismo y la esencia del desarrollo proactivo. Es la semilla del liderazgo.
Administración de la vida y del tiempo en una persona altamente efectiva
La administración de la vida y del tiempo es un hábito que una persona altamente efectiva debe saber incorporar a ella misma.
Stpehen R.Covey en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, nos transmite que la esencia de un buen pensamiento del área de la administración del tiempo puede recogerse en: “Organizar y ejecutar según prioridades”. Esta esencia es un factor primordial en un líder.
La teoría de la administración del tiempo cuenta con tres generaciones, y esta última frase es la que representa su evolución.
La administración personal ha progresado siguiendo un modelo muy parecido al de muchas otras áreas del esfuerzo humano.
Los impulsos más grandes de desarrollo se suceden de una forma secuencial, y cada uno añade una nueva dimensión. Un ejemplo con el que lo podemos ver muy claro es el desarrollo social ocurrido tras la revolución agrícola, que se vio sucedida por la revolución industrial, seguida también por la revolución informática. Cada uno de estos impulsos generó un gran progreso social y personal. Desde la visión del liderazgo esta reflexión significa que un líder irá ganando presencia de forma secuencial, se irá haciendo gradualmente, aunque sea una característica innata de una persona.
De igual forma, en el área de la administración del tiempo, cada generación ha tomado como base la anterior, lo que implica que cada vez estemos más cerca de un mayor control de nuestra vida.
[Tweet “Una buena organización te permitirá trabajar por prioridades”]
La primera generación se caracterizaba por las notas y listas de tareas, que proporcionaba información sobre los requerimientos planteados.
La segunda generación se caracterizaba por las agendas en un intento de mirar hacia el futuro, programando acontecimientos y actividades.
La tercera generación muestra el campo actual de la administración del tiempo, incluyendo:
- La idea fundamental de priorizar.
- Clarificar valores.
- Comparar la importancia de actividades.
- La planificación diaria, en vista a alcanzar las metas y desarrollos que nos proponemos.
La tercera generación ha efectuado una contribución sobresaliente, aunque es ahora cuando se ha empezado a comprender que la programación y el control eficiente sobre el tiempo, puede resultar contraproducente. De este comentario debe ser muy consciente la persona que desarrolle competencias de liderazgo, pues no debe caer en la obsesión de programar y controlar.
Decimos que puede resultar contraproducente porque si nos centramos en la eficiencia, se crean expectativas que no coinciden con las oportunidades relativas al desarrollo de relaciones que aporten un valor añadido, que satisfacen las necesidades humanas y que generen momentos espontáneos día tras día.
Hay un gran número de personas que se encuentran agobiadas por culpa de la programación y la planificación que las conduce a una situación especialmente restringida. En último término, esto hará que vuelvan a la primera o segunda generación para poder salvaguardar las relaciones humanas y la calidad de vida. Por este motivo un líder no puede caer en esto.
Todo esto está generando el inicio de una cuarta generación, en la que se admite que la administración del tiempo es una realidad no demasiado bonita, por lo que el desafío que se proponen no es administrar el tiempo, sino administrarnos a nosotros mismos. Obtener la satisfacción de hacer las cosas no solo depende de la expectativa que tengamos sino de cómo la realizamos. Por lo que la satisfacción se encuentra en nuestro círculo más cercano de influencia. Lo que debemos hacer es cambiar nuestro punto de mira, es decir, en vez de centrarnos en las cosas y en el tiempo, nos debemos centrar en las expectativas de la nueva cuarta generación que se focaliza en preservar y enaltecer todas las relaciones personales, además de conseguir los resultados manteniendo un equilibrio perfecto. Este debe ser el objetivo de todo liderazgo.
El punto de mira de la cuarta generación de la administración puede obtenerse de una matriz en la que esquematiza lo urgente y lo no urgente, asignando prioridades.
Esta matriz enfrenta en nivel de importancia con el nivel de urgencia de una actividad, para que una persona altamente efectiva, o un líder, sepa en que debe centrar su trabajo o a que debe dedicar mayor tiempo.
Lo cuatro bloques están definidos como Urgentes, No urgente, Importante y No importante, por lo que desarrollando cada una de las cuatro posibilidades uniendo la urgencia y la importancia obtenemos todas estas oportunidades Urgente/Importante, No urgente/Importante, Urgente/No importante, No urgente/No importante.
Cualquier cuestión urgente actuará sobre nosotros, aunque estemos ocupados con otra cosa si recibimos algo que es urgente dejaremos tal cosa para dar respuesta a la urgencia.
La importancia está ligada a los resultados. Una cuestión importante ejerce una aportación a nuestros valores, a nuestra misión y a nuestras metas más prioritarias.
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Un líder debe tener claro cómo actuar con sus actividades de cada cuadrante, para poder llevar su liderazgo al más alto nivel y caminar hacia el éxito.