Liderazgo

No existe liderazgo sin influencia. Es lógico pensar que una persona que no tenga influencia nunca podrá dirigir a nadie. Pero, ¿Cómo se si tengo influencia?, ¿la influencia se puede medir?

Podemos hacer referencia a dos mujeres que mostraban el poder de la influencia: la princesa de Inglaterra Diana y la Madre Teresa de Calcuta.

La princesa Diana de Inglaterra, fue una mujer que aunque al principio no estaba muy de acuerdo con sus deberes de persona de la realeza con el tiempo de adaptó a ellos. Sus numerosos viajes le trajeron a la mente la idea y la meta de servir a otros y reunir fondos para diversas causas de caridad.

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Su papel y sus funciones hicieron que entablara muchas relaciones con personalidades importantes como políticos, organizadores de causas benéficas, jefes de estado, artistas… Con el paso del tiempo su influencia aumentó, y con ello su capacidad para hacer que las cosas se hicieran realidad.

Ejerció una gran influencia en numerosos temas como por ejemplo en atraer la atención de líderes mundiales sobre la prohibición de tierras sembradas de minas. Gracias a ella este tema cambió la postura de muchas personas e incluso llegó a ser un asunto primordial en el orden mundial.

Tras su divorcio del príncipe Carlos ella no dejó su causa, su influencia continuó aumentado, mientras que la de su ex familia política iba declinando. Diana supo entender la ley de la influencia.

Aunque nunca se la llamase así, fue una gran líder. Fue capaz de hacer realidad algunas cosas porque era influyente, y al fin y al cabo liderazgo es influencia.

El líder no es aquel que recibe un nombramiento como tal, en el liderazgo los títulos no tienen mucho valor. El verdadero liderazgo no se otorga, ni se nombra ni se asigna, procede de la influencia y ésta debe ser ganada.

[Tweet “Liderazgo no es sinónimo de gerente, empresario o precursor”]

Mitos del liderazgo

Las personas en ocasiones se hacen una idea equivocada de lo que es un líder, a continuación se muestran 5 de los mitos más comunes sobre este tema.

  • Mito de la gerencia.

Liderazgo y gerencia no es lo mismo. El liderazgo consiste en influir en las personas para que sigan al líder y gerencia está más enfocada a sistemas y procesos de mantenimiento. Para comprobar si una persona es líder en lugar de gerente le podemos pedir que realice cambios positivos. Los gerentes normalmente mantienen el rumbo, pero no pueden cambiarlo. Para realizar esto último se necesita influencia.

  • Mito del empresario.

Normalmente, la gente cree que los vendedores y empresarios son líderes, y no siempre es así. A un vendedor las personas le compran algo, pero no lo siguen. Quizás pueda persuadirlas pero no tienen influencia sobre ellas.

  • Mito del conocimiento.

El poder suele asociarse a liderazgo, y aunque los que poseen conocimiento e inteligencia son líderes esto no ocurre de un modo inmediato. El coeficiente intelectual no equivale necesariamente a liderazgo.

  • Mito del precursor.

No todo el mundo que está al frente de una multitud es un líder, es un concepto falso. Ni tampoco es cierto que ser el primero sea lo mismo que ser líder. Un verdadero líder no solo debe ir al frente, también debe tener gente que vaya detrás de él, que siga su dirección y actúe sobre la base de su visión.

  • Mito de la posición.

No es la posición la que hace al líder, es el líder quien hace la posición. Una persona aunque pierda su título y su posición en una organización seguirá siendo líder.

El verdadero líder

Insistimos en que liderazgo es influencia. Un ejemplo lo podemos ver en Dan Reeves, director de los Falcons de Atlanta de la NFL, que estuvo en desacuerdo con su quarterback John Elway y con el subdirector del equipo Mike Shanahan. Ocurría que Shanahan y Elway solían trazar su propia táctica de juego pasando por alto los deseos de Reeves. Como consecuencia era Shanahan y no Reeves el que ejercía mayor influencia sobre el quarterback. Shanahan era un líder más influyente, y liderazgo es influencia.

Hay personas que afirman que no hay empresa con un liderazgo más intenso en la sociedad que la iglesia. El fundamento de este pensamiento es que si un líder no tiene fuerza o influencia no es eficaz.

En los negocios, los jefes ejercen una gran fuerza mediante el salario por ejemplo, lo que hace que sus seguidores sean cooperadores. Pero en organizaciones voluntarias como las iglesias, solo funciona el liderazgo puro. Hablamos de liderazgo puro porque las personas acuden a ellas solamente por la influencia ejercida, ya que al ser voluntarias no se puede obligar a nadie a seguirlas.

La forma de comprobar si una persona tiene influencia, y por tanto es un líder, es logrando que le sigan de forma voluntaria sin necesidad de esperar nada a cambio.

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Haga la prueba en su organización, compruebe cuáles de sus trabajadores tienen influencia y pueden llegar a ser un gran líder y descubra si usted lo es.

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