Liderazgo
La ley del tope explica perfectamente el concepto de liderazgo. Cuanto mayor es la capacidad de liderazgo de una persona, mayor es su eficacia para alcanzar aquello que se proponga. La capacidad de liderazgo es el tope que determina el nivel de eficiencia de una persona.
Para entender mejor esta ley, vamos a centrarnos en el relato de la historia de dos hermanos llamados Dick y Maurice que, tras cursar sus estudios, decidieron marcharse a Hollywood a buscar trabajo. Se hicieron un hueco en un estudio de cinematografía, y después de un tiempo dedicado a este sector, decidieron abrir un teatro en Glendale, pero, pese a sus esfuerzos de mantener el negocio, no consiguieron que generara activos de manera constante.
Apostando por la innovación
Los hermanos seguían en su empeño de alcanzar el éxito. Esta vez, pensaron en un nuevo proyecto que supuso grandes beneficios: los restaurantes “drive-in”. La sociedad estaba cambiando y cada día había más gente que dependía del automóvil para todo, hasta para comer.
Estos restaurantes se convirtieron en unos espacios donde los usuarios pedían comida a un camarero desde un estacionamiento. Este tipo de negocio supuso toda una revolución. El poder de liderar una idea y la gestión de la misma, dio como resultado la materialización de una idea diferente e innovadora en la época.
Con los años, la sociedad continuaba regenerándose. De esta forma, los hermanos decidieron dar un giro a su planteamiento e hicieron algunas modificaciones. Entre ellas, la principal función fue eliminar el servicio de automóvil y comenzar a servir comida a los clientes desde el interior de los locales. Asimismo, aumentaron la eficacia del proceso del servicio, redujeron el menú y comenzaron a servir únicamente hamburguesas.
Redujeron los costes con novedosas propuestas como utilizar el cartón en vez de utensilios de metal, crearon el sistema de servicio rápido y la cocina aglutinaba a un equipo de empleados que trabajaba rápidamente para ofrecer el producto sin demora.
El objetivo de estos hermanos era servir al cliente en menos de treinta segundos, un reto más que ambicioso. No sé si les recuerda a algo esta historia. Efectivamente, son los hermanos McDonald, aquellos que revolucionaron el mercado de comida rápida con sus innovadoras ideas y consiguieron facturaciones fuera de toda expectativa.
El futuro económico de los hermanos McDonald estaba más que asegurado, ya que su restaurante era uno de los más rentables del país. Lo que les caracterizaba y diferenciaba de los demás era su servicio al cliente y la estructura de trabajo en la cocina.
Numerosas personas acudían diariamente a sus locales para conocer de cerca su forma de trabajo y aprender de sus métodos. Tanta expectación les llevó a lanzar la idea del concepto o franquicia “McDonald’s”, un proyecto que les hacía ganar dinero sin la necesidad de abrir nuevos restaurantes.
En 1952, comenzaron a poner en práctica dicho planteamiento, pero el intento fue un fracaso. Los hermanos McDonald eran buenos gerentes, propietarios, y ejecutivos expertos en buscar propuestas para reducir costes, mejorar la calidad de su producto o servicio y rentabilizar el negocio. Sin embargo, no eran líderes. Sus pensamientos fijados supusieron un tope para lo que podían haber llegado a ser.
En la cumbre donde disfrutaban del buen éxito, Dick y Maurice se encontraban en contra de la Ley del Tope.
Buscando el liderazgo
Dos años más tarde, los hermanos McDonald se aliaron con el líder Ray Kroc. Este hombre tenía un pequeño negocio de batidos que consiguió relanzar con su actitud proactiva y su perspicacia para tener visiones de futuro. Cuando Kroc conoció la compañía hostelera, tuvo la visión del gran potencial de la marca. Esta visión de futuro auguraba cientos de restaurantes por todo el mundo, seguidores por todas partes y un crecimiento económico en toda regla. Fue su visión de liderazgo.
Con el tiempo, cerró un trato y creó lo que se conoce como McDonald’s Corporation para conformar una gran empresa compuesta por un equipo de empleados capacitados e involucrados en la propuesta. Durante los primeros años en los que Kroc encabezaba este proyecto de posicionamiento de la compañía americana, sacrificó mucho y su liderazgo fue todo un ejemplo.
El liderazgo y el “tope” en la vida de Kroc eran claramente superiores al de los hermanos. Estos se cerraron puertas cuando algunos interesados en su proyecto no cumplían con sus expectativas. Mientras que Kroc, con su ambición de liderar esta visión, acabó abriendo numerosos restaurantes. Hoy en día, la compañía cuenta con más de 21.000 establecimientos en no menos de 100 países.
En este caso, la falta de capacidad de liderazgo de los hermanos fue el tope de su eficiencia. Es decir, entendemos la palabra “tope” como el techo que nos ponemos, que limita la iniciativa y eficacia empresarial. Nos fijamos una idea y no tenemos una visión más allá de la prevista, sin visos de prosperidad.
Éxito y liderazgo
El buen éxito está al alcance de todo el mundo. Sin embargo, esta excelencia sin liderazgo no produce ningún resultado. El liderazgo va acompañado de una ambición e intención de avanzar y escalar a mejores puestos; no quedarnos estancados en una buena idea y no seguir exprimiéndola hasta llegar a dicha excelencia. Si los empresarios trabajasen en su capacidad de liderazgo, el efecto del éxito se multiplicaría.
Si el liderazgo que tenemos es alto, el tope es alto. En definitiva, el tope se marca en función de la capacidad de cada persona por cambiar su noción de buen empresario a buen líder.
Se recomienda que, en momentos en los que las organizaciones pasan dificultades, estas deban buscar un nuevo liderazgo. En ocasiones, para aumentar la eficiencia del equipo, se eleva el liderazgo del gerente. Esta es la Ley del Tope.
Puede que usted encuentre en todas las empresas, personas inteligentes, con talento y exitosas que solo llegan hasta un punto debido al límite de su liderazgo. Sin embargo, aquellas personas que son líderes como tal, su tope de liderazgo no tiene un fin. Puntualmente, en el caso de Steve Jobs, de Apple, su tope era tan alto que catapultó a su organización a niveles muy superiores.
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