Gestión empresarial
Una persona altamente efectiva llega a ser lo que es siguiendo una serie de hábitos que comparte con otras personas que, igualmente, se esfuerzan día a día por aumentar su efectividad y prosperar en su gestión organizacional.
Misión personal
Es sabido que el éxito de la estrategia se consigue con un fin previo en la mente, el modo más efectivo para hacer esto una realidad es elaborando un enunciado de la misión y filosofía personal. Es decir, elaboraremos una especie de “credo personal” en el que detallemos lo que queremos ser y hacer, o sea nuestro carácter y las aportaciones o logros, incluyendo los valores o principios que sustentan lo que somos y lo que hacemos.
Es como si elaborásemos una “constitución personal”. Lo que conseguimos es tener un documento base para tomar decisiones estratégicas inmerso en una serie de circunstancias y emociones que nos afectan.
Esta “constitución personal” conforma un núcleo invariable de lo que somos y la base para cualquier cambio.
Una vez que asumamos el sentido de nuestra misión, veremos la esencia de la propia proactividad.
El centro de la misión personal
El centro de nuestro círculo de influencia es la base para escribir nuestra misión. Este centro está compuesto por nuestros paradigmas más fundamentales y la gente a través de la que vemos el mundo.
Ahí, en nuestro centro, es donde:
- Tomamos contacto con nuestra visión y valores.
- Aplicamos nuestra capacidad de autoconciencia.
- Usamos nuestra capacidad de autoconciencia.
- Empleamos nuestra capacidad para imaginar.
- Nuestros esfuerzos encontrados logran mayores resultados.
Todo este trabajo influye significativamente en la efectividad de todos los aspectos de una persona, trasladando estos conceptos a la gestión estratégica de una organización.
El centro será fuente de seguridad, guía, sabiduría y poder.
- La seguridad representa valía, identidad, nuestra base emocional, autoestima y fuerza personal.
- La guía es la fuente de dirección en la vida.
- La sabiduría constituye nuestra perspectiva de vida, sentido del equilibrio y comprensión.
- El poder es la energía vital para elegir y decidir, la fuerza y potencia para realizar algo.
Cuando estos cuatro factores se presentan juntos, armonizados y verificados entre sí, dan origen a una personalidad noble, un carácter equilibrado y a un individuo perfectamente integrado. Si esta persona es el directivo de una organización, podrá hacer una gestión de la misma exitosa.
Cada persona tiene su centro, distinguiéndose del centro de los demás. A continuación expondremos algunos centros típicos, entre los que más de una persona se puede sentir identificada.
- Centrarse en la familia.
Las personas centradas en la familia obtienen su sentido de la tradición, cultura y reputación familiar. Se vuelven vulnerables ante cualquier cambio en estos elementos.
- Centrarse en el dinero.
La seguridad económica es fundamental para conseguir logros de cualquier otra dimensión. Es un elemento básico para satisfacer las necesidades personales más básicas.
En ocasiones se dan razones aparentemente aceptables para justificar la apetencia de ganar dinero, pero si una persona se centra solamente en ganar dinero, anulará sus esfuerzos.
Las personas centradas en el dinero dejan de lado otras prioridades, dando por entendido que todos comprenderán que los requerimientos económicos ocupan el primer lugar.
- Centrarse en el trabajo.
La persona centrada en el trabajo puede volverse adicta y obsesiva. Su identidad importante procederá de su trabajo. Su seguridad será vulnerable a todo lo que le impida continuar con él.
La mayoría de directivos quizás se encuentren identificados en este centro y el anterior.
- Centrarse en el placer.
El placer por sí mismo no ofrece ningún tipo de satisfacción profunda o duradera, ni ningún sentido de realización.
Las personas centradas en el placer se vuelven narcisistas, interpretan su vida en términos del placer proporcionado aquí y ahora.
Este centro implica el adormecimiento de las capacidades de una persona y el no desarrollo de sus capacidades.
Cómo identificar nuestro centro
Para poder identificar nuestro centro debemos examinar detenidamente los factores que sustentan nuestra vida y alinearlos a la estrategia organizacional.
Según sean las condiciones internas y externas, un centro se activará hasta que queden satisfechas las necesidades subyacentes.
Una persona no puede fluctuar de un centro a otro, resultaría un relativismo parecido a una montaña rusa. En estos casos no existe una dirección consistente, ni sabiduría persistente, fuente de poder, sentido de valor o de identidad personal.
La forma ideal de llegar a ser una persona altamente eficaz es creando un centro claro del que pueda derivarse un alto grado de seguridad, guía, sabiduría y poder, que aporte proactividad, congruencia y armonía a todos los aspectos de la vida.
Redacción y uso del enunciado de la misión personal
La redacción y uso de un enunciado de misión personal nace de la naturaleza proactiva de las personas. Característica ideal para los directivos.
Este enunciado no es algo que se escriba de la noche a la mañana, necesita de una introspección profunda, un análisis minucioso, una expresión meditada, y por supuesto, muchos borradores.
Esto puede llevar semanas o incluso meses antes de que tengamos un enunciado con el que nos sintamos cómodos y lo veamos como una expresión completa y concisa de nuestros valores y orientaciones.
Al final, el enunciado de la misión se convertirá en una expresión sólida de nuestro punto de vista y valores. Será el criterio con el que mediremos todas las cosas de nuestra gestión estratégica.
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