Una vez que la auditoría interna se considera viable, el siguiente paso es el de la selección del equipo de auditores que participarán en el desarrollo de ésta.
Entre los criterios a emplear para la determinación del número de auditores internos se encuentran:
- el alcance y los objetivos de la auditoría
- la complejidad de los procesos a auditar
- si la auditoría es conjunta o combinada
- los requisitos legales, contractuales, etc. que sean de aplicación
- la competencia de los auditores y su capacidad para trabajar e interactuar de forma eficaz
- las características particulares relacionadas con idioma o aspectos sociales o culturales del auditado.
No tiene porqué haber más de un auditor interno si no es necesario, aunque en cualquier caso, se debe cumplir con la condición de que los auditores designados no sean responsables o partícipes de los procesos que se están auditando.
En muchos casos, la selección de los auditores se hace en base al profundo conocimiento de los procesos, pero este criterio puede no ser el más importante y acertado.
Sí es un buen criterio el valorar que la persona o personas que van a actuar como auditores internos deben conocer perfectamente los requisitos de la norma de referencia respecto a la que se audita y los procedimientos de la organización.
También se ha de considerar la posibilidad de que los auditores internos disponibles puedan contar con el apoyo de un experto externo que supla las carencias en conocimientos y habilidades del equipo auditor.
Esta alternativa se deberá aplicar una vez que se haya confirmado que los auditores internos de los que se dispone no cumplen totalmente con las necesidades de la organización para el desarrollo de la auditoría interna y siempre debe quedar claro que estos expertos técnicos participarán en la auditoría bajo la dirección del líder auditor.
Aunque quizás no es tan común en las auditorías internas cono en las externas, puede ser necesario que alguno de los auditores deba ser sustituido. Entre las posibles causas de ello se pueden encontrar la existencia de un conflicto de intereses o la falta de total independencia de las áreas que van a ser auditadas.
Adicionalmente, en la determinación del número óptimo de auditores se debe tener en cuenta que un auditor es menos intimidante, pero contar con dos puede facilitar el tener una segunda opinión.
En cualquier caso, en la auditoría interna se puede favorecer la participación de aquellos auditores que estén formándose para que su aprendizaje sea completo.
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